De mis adentros

Feb 18, 2007Y así vuelan las páginas, cual hojas en otoño, llevándose nuestras vidas escritas en ellas. A veces la tinta queda indeleble, a veces las lágrimas del dolor sufrido la hacen borrosa y nos queda entonces ese recuerdo manchado. Recuerdo que vuelve a traer lágrimas cada vez que lo pensamos y que aunque queramos desprenderlo, el calado que tuvo no nos lo permite. Pero así también nos quedan aquellas letras inmaculadas, de fino trazado cursivo, que son aquellos momentos, aquellos amores que esbozan una sonrisa al remembrarlos, a veces con una lágrima conjugada. Pues en esas páginas hay plasmadas también imágenes y pinceladas de toda una existencia, por más baladí que pensemos que son, que son imborrables. Y qué de aquellas, que parecen haber sido empuñadas con gran fortaleza, como fue forjada aquella amistad impenetrable, inseparable. Así van llenándose de letras, palabras, frases e imágenes y pinceladas nuevas, más y más páginas de un cuento que termina sin darse uno cuenta; llenas de brisa bohemia, de sol caribeño, de olas de mar locas de amor, de palmeras de enseñanzas que ningún huracán puede arrancar de raíz, de cayenas que adornan un jardín y café con azúcar suficiente para endulzar la vida de muchos que te rodean. Y un Dios que simplemente va corrigiendo aquellas faltas ortográficas y dando los mejores toques de color a aquellas imágenes, desde la primera hasta la última página.